Enseñar
a entender lo que se lee- La alfabetización en la familia y la escuela
Berta Braslavsy
CÁP.
II LA ALFABETIZACIÓN Y SUS ALCANCES:
Para comprender cómo evolucionó la alfabetización conviene aclarar lo
que se entiende por este término, que por primera vez se formuló a fines del
siglo XIX (1800) y que en el presente suele ser ambiguamente usado en metáforas
tales como “alfabetización científica o tecnológica”; “alfabetización musical”,
etc. Trataremos de recuperarlo en su relación con la escritura, los actos de
leer y escribir y la comprensión de la lengua escrita. Al referirnos al
concepto original de alfabetización tropezamos con la primera dificultad que
los mismos expertos encontraban para su definición. Tal vez por eso conviene
aceptar la idea empíricamente formada sobre alfabetización según la experiencia
del siglo XX, que se expresaría en términos de “una práctica elemental de la
lectura y la escritura adquirida por las grandes mayorías”.
Cómo
evolucionó la alfabetización:
Si se adopta el concepto de alfabetización asociado a la expansión
social de la lengua escrita, se pueden señalar algunos momentos significativos
de su evolución. Algunos historiadores sugieren que, aunque todavía era
dominante la oralidad, Grecia fue la primera sociedad letrada del mundo como
consecuencia del perfeccionamiento del alfabeto, el desarrollo de la democracia
y la educación. En Roma al igual que en Grecia, se promovía la alfabetización
para acrecentar el poder del cumplimiento de funciones administrativas y
políticas. Sin embargo con la caída del imperio, la alfabetización fue
erradicada en tal medida que en el año 1000 sólo el uno o el dos por ciento de
la población europea sabía leer y escribir. Fuera de Europa se originó una
fuerte tradición del libro del Islam, mientras que en China y en India seguía
vigente la cultura escrita. En la Europa medieval, los monasterios y las
abadías de la iglesia protegieron la escritura pero de manera restringida.
Hacia el año 1000, la alfabetización inicia lentamente su emergencia. El
establecimiento de las universidades, la invención dela imprenta, el uso de la
escritura para transmitir la sucesión de ideas revolucionarias en el
renacimiento dieron lugar al desarrollo de habilidades para una alfabetización
analítica, creativa e inferencial que permitía comprender y evaluar ideas
nuevas aunque sólo un grupo de elites podía adquirir esas habilidades.
A principios del siglo XVI (1500), con la Reforma luterana, la
alfabetización comienza a difundirse en Europa, ya que en los países protestantes
estimula la lectura de la Biblia. Hacia el 1700 se considera que el treinta o
cuarenta por ciento de la población europea sabía leer aunque la alfabetización
apenas servía para ciertos propósitos (identificación de palabras o letras). La
Revolución industrial con sus formas de producción y los avances de la
democratización ampliaron la necesidad de leer y escribir con gran énfasis en
el siglo XIX. La enseñanza de la lectura y la escritura se extendió sobre todo
en el último tercio de ese siglo cuando se crearon los sistemas formales de educación
por efecto de las leyes de educación pública.
En la actualidad, si bien los datos muestran un decrecimiento importante
del analfabetismo, en términos absolutos éste llega a nuestros días a valores
dramáticos con especial acento en ciertos países de Asia, África, y aunque en
menor grado, también en América Latina.
Nivel
mínimo, funcional y avanzado:
Hay diferencias que tienen que ver con los alcances de alfabetización
dentro de cada país.
Ligada al poder desde su invención, el dominio de la escritura se
transformó en un signo de distinción social y cultural. Los investigadores
admiten que en todos los países, incluidos los desarrollados, los programas de
educación destinados a la población en general sólo se han propuesto cumplir
con lo que se denomina la alfabetización
funcional. Este es un concepto que se originó en Estados Unidos durante la
Primera guerra mundial. En la década del 50, Gray intentó una primera
clasificación de los niveles de alfabetización, diferenciando entre las normas
mínimas de instrucción y la alfabetización funcional. Estos últimos conceptos
fueron cambiando a lo largo del tiempo. Cinco décadas más tarde se han
producido cambios trascendentes en cuanto a las expectativas en la
alfabetización. El nivel funcional
es ahora el que permite leer textos simples, tales como artículos de revistas
fáciles y periódicos barriales. El nivel
de lectura avanzada refiere a la capacidad de leer textos escritos de
manera abstracta, con pensamiento crítico y manejo de recursos para resolver
problemas procesando información compleja. La lectura avanzada se vincula a los
nuevos conceptos sobre la comprensión que superan la meta de la comprensión
pasiva. Se trata del concepto muy evolucionado de la comprensión activa en la
que intervienen el autor, el lector, el texto y el contexto.
III.
EL LENGUAJE ESCRITO Y LOS ACTOS DE LEER Y ESCRIBIR:
Nuestra preocupación está fundada en que la escritura tal como por lo
general se la concibió hasta el presente, dio lugar a muchas confusiones en la
pedagogía. “El problema del lenguaje escrito está muy poco estudiado como tal,
es decir, como un sistema especial de símbolos y signos cuyo dominio significa
un viraje crítico en todo el desarrollo cultural del niño” (Vigotsky). Y eso se
debía a que según él, en las escuelas se promovía hasta tal punto el mecanismo
de la lectura que el lenguaje escrito como tal quedaba relegado.
La complejidad del lenguaje escrito:
Presentaremos para analizarlas, algunas definiciones que se refieren a
la escritura o lenguaje escrito y
otras a la acción de escribir o de leer
y escribir:
v El uso de un sistema de escritura u ortografía por la gente en función
de su vida diaria y de la transmisión de su cultura a otras generaciones.
v El proceso o resultado del registro gráfico a mano o por otros medios,
por letras, logogramas u otros símbolos.
v Conjunto significativo de ideas así expresadas.
v Sistema de intercomunicaciones humanas por medio de signos
convencionales visibles.
*Cardona: la tecnología de la palabra es la más trascendental porque
transforma el habla y también el pensamiento.
Comparación
entre la lengua oral y la escrita:
“El lenguaje escrito es el reverso del lenguaje oral” (Vigotsky)
Algunas características del lenguaje escrito son:
v Carece de la espontaneidad e inmediatez del lenguaje oral. Requiere
intencionalidad, actividad voluntaria y consciente
v No dispone de los recursos del lenguaje oral, tales como la entonación,
los ademanes, los gestos. Para reemplazarlos son insuficientes los signos de
puntuación y es necesario recurrir a un mayor número de palabras y sus
combinaciones.
v No tolera las formas y las estructuras incompletas del lenguaje hablado.
Requiere una sintaxis más rigurosa y completa.
v El interlocutor está ausente, tanto para el que escribe como para el que
lee. La situación no es compartida entre el emisor y el receptor como ocurre en
el hablante y el oyente.
v El tema no es siempre compartido por los interlocutores.
v Contrariamente a la rapidez del ritmo del lenguaje hablado, que no
favorece la reflexión, la escritura concentra la atención, conciencia y
reflexión del emisor y el receptor.
v Mientras la lengua hablada se desvanece en el mundo de los sonidos, la
escritura se registra y permanece en su soporte.
v La escritura ayuda a que el lenguaje se desarrolle como actividad más
compleja y organizada.
La escritura potencia, organiza y desarrolla la lengua hablada, actúa
sobre el pensamiento y sobre la conducta. Los educadores deben tener claridad
acerca delas características dela lengua escrita. Al introducir al niño en el
lenguaje escrito, lo introducimos en el plano abstracto más elevado del
lenguaje.
¿Qué
es leer?: El acto de leer
fue explicado de distintos modos a lo largo del tiempo. La lengua escrita era
vista como una codificación de la lengua oral mediante un número de signos
visuales que se correspondían con la sonoridad de las palabras. La lectura fue
identificada por siglos con la decodificación. A partir de ciertas condiciones
históricas en la época del Renacimiento ciertos grupos sociales de elite
comenzaron a practicar una lectura cada vez más analítica e inferencial. Pero
en la enseñanza para las grandes mayorías, aun cuando se generalizó, la
educación pública se mantenía dentro de las limitaciones del lenguaje hablado
sin acceder a la comprensión de la lengua escrita en toda su complejidad.
Recién avanzado el siglo XX, progresivamente varias ciencias humanas-
psicología, psicolingüística, sociolingüística- investigan el acto de leer más
allá de la escritura como objeto de análisis. Más que del producto se ocupan
del proceso: qué hace el que lee, sobre todo el niño que aprende a leer.
El
acto de leer:
Ejemplos de definiciones:
-
Una
interacción entre el lector y el lenguaje escrito a través de la cual el lector
llega a reconstruir el mensaje del escritor
-
Pensamiento
intencional durante el cual el significado es construido a través de las
interacciones entre el texto y el lector
-
Borges:
“Toda lectura implica una colaboración y casi una complicidad”
-
Harste:
La lectura es un evento social
¿Qué
es escribir? Aunque la escritura es la primera tecnología de la palabra, tal como se
dijo, su verdadera naturaleza está en el significado, que es tan independiente
de su aspecto gráfico como lo es la palabra de su aspecto sonoro.
IV. LA
COMPRENSIÓN DEL LENGUAJE ESCRITO:
No se alcanzará la universalidad de los objetivos de la alfabetización
avanzada si no se les enseña a los alumnos a comprender lo que leen desde que
se inician en la escuela. Y se dificultará el desarrollo cultural de gran parte
de la población: la que queda rezagada o excluida de los beneficios de ese gran
invento humano de la escritura que se incorpora al desarrollo integral de la
persona.
Evolución
del concepto de comprensión: De
acuerdo con algunas investigaciones, la expresión “comprensión de la lectura”
no se usó hasta finales del siglo XIX. Hasta fines del siglo XVIII se
perpetuaba una concepción sobre el proceso de lectura y enseñanza (dominaban
los recitados orales de “la voz del autor”, la memorización a través del
deletreo, etc.)
La
comprensión pasiva: Recién
en la tercera década del siglo XIX (1830) comienzan a cuestionarse severamente
el deletreo y las prácticas no significativas. Se comienza a hablar
expresamente de la significación de la palabra y más aún, de la necesidad de
partir de unidades mayores como las oraciones para enseñar a leer, porque la
oración es la unidad de expresión del pensamiento. En estos primeros
reconocimientos de la importancia de la significación, se supone que el
significado reside en el mensaje esperando ser interpretado, y que el mensaje
recibido es congruente con el mensaje enviado. Es decir, que el significado se
extrae del texto.
La comprensión activa: “La comprensión es un proceso en el que el lector
construye significados interactuando con el texto, a través de la combinación
de conocimientos y experiencias previas, información disponible en el texto,
interacciones y comunicaciones inmediatas, recordadas o anticipadas”. Se trata
ya de una comprensión activa en el intercambio que se produce entre el lector y
el autor a través de un texto y en la situación determinada por el propósito
del lector, es decir, por la intención, por la necesidad de resolver un
problema que tiene cuando aborda un texto. El lector puede ir más lejos y
construir significados nuevos que superen los significados expresados por el
autor.
Componentes
del proceso de comprensión: El lector y su relación con el autor
(los lectores construyen significado y pueden llegar a múltiples sentidos a
partir del mismo texto según cuáles sean las características personales de cada
uno/ El lector y el autor no comparten la situación y el producto escrito
permanece estable/ Si el lector contextualizara los textos sólo en su propio
tiempo, “la consecuencia sería la “muerte” del autor”), el contexto (los interlocutores no comparten la situación, esta
última sólo puede ser recreada con la reconstrucción del contexto. Todo texto
es a la vez texto y contexto) y el texto (tipología de los mismos. A través de
su forma genera expectativas que disponen al lector para la comprensión de
distintas variedades discursivas)
Enseñanza
de estrategias: Tal vez no se
pueda enseñar la comprensión, pero se puede y se debe enseñar estrategias para
la comprensión aunque no como dogmas que se imponen o como recetas que se
aplican sin fundamentos, ni tampoco como técnicas aisladas. El docente debe
enseñar con responsabilidad. La comprensión es la esencia de la lectura.
VIII.
EL CONCEPTO DE ALFABETIZACIÓN TEMPRANA
Cuando surgieron los sistemas formales de educación, se creía que había
una edad para iniciar el aprendizaje de la lectura y la escritura. También se
creía que la alfabetización se iniciaba en la escuela. Se sabe ahora, gracias a
investigaciones científicas, que los primeros años de la vida de los niños
constituyen el período más importante para el desarrollo de la alfabetización.
La
madurez para la lectura: Se
hablaba de una madurez para la lectura que nunca estuvo bien definida. Se
realizaban tests predictivos. Sedaba por aceptada una capacidad intelectual
correspondiente a 6 años (sin definirla). Según los resultados de los mismos,
los niños eran separados en tres grupos: los que aprenderían en seis meses, los
que aprenderían en un año y los que no aprenderían. Se separaba a los niños en
clases (a, b y c). El aprestamiento:
Se consideró conveniente favorecer la madurez mediante la ejercitación
funcional, y así se configuró el llamado aprestamiento (ejercicios de
recortado, “picado”, organización corporal, de clasificación, correspondencia y
seriación – bajo una arbitraria interpretación de Piaget-)
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