martes, 18 de noviembre de 2014

Resumen: Alfabetización temprana

Alfabetización y alfabetización temprana:

La palabra alfabetización se utiliza, en sentido amplio, para hacer referencia a las habilidades lingüísticas y cognitivas necesarias para el ingreso, la apropiación y la recreación de la cultura escrita que la humanidad ha producido a lo largo de su historia. Saber leer y escribir es una condición necesaria para el ejercicio pleno de un conjunto de derechos, como la atención de la salud, el trabajo decente, el ejercicio de la ciudadanía, la educación permanente.
Alfabetizar, entonces, supone la distribución de ciertos saberes centrales para una inclusión social igualitaria y para la construcción de una sociedad más justa.
Qué se entiende por alfabetización. El concepto de alfabetización hace referencia a la meta que queremos alcanzar en las aulas, pero no siempre existe consenso en torno a qué significa. Es utilizada en diversos sentidos, de manera metafórica, alfabetización digital, alfabetización científico-técnica, etcétera. Nosotros vamos a tomar su acepción más
general, en la cual el término se vincula con la capacidad de leer y escribir.
Cuando surgieron los sistemas formales de educación, se creía que había una edad para iniciar el aprendizaje de la lectura y escritura y, como también se creía que la alfabetización se iniciaba en la escuela, la ley estableció la obligatoriedad
escolar a partir de los 6, 7 u 8 años según los países. Se hablaba de una madurez para la lectura que nunca estuvo bien definida, pero que en general estaba asociada a la coordinación visomotriz y audiomotriz, a la resistencia a la fatiga, además de a la pronunciación y la memoria.
Siguiendo el concepto biológico de la madurez perceptiva y motriz, se consideró conveniente favorecerla mediante la ejercitación funcional y así se configuró el llamado aprestamiento, que pasó a integrarse al currículo de Nivel Inicial en algunos casos y obligatoriamente en el de 1° grado.
En la segunda mitad del siglo XX, se desarrollaron investigaciones sobre el proceso de lectura y escritura en la primera infancia que desestimaron tales conceptos y surgieron nuevos, tales como “alfabetización emergente” (a partir de la observación de que en muchos países desarrollados, algunos niños que concurrían a la escuela sabían leer por encontrar en sus hogares un ambiente de alfabetización en el cual se privilegia la actividad del niño como protagonista, quedando relegado el papel del maestro), y “alfabetización temprana”, el cual aparece debido a la demanda de varios maestros que trabajaron con concepciones de la alfabetización emergente, pero con malos resultados, en tanto no se beneficiaban todos los niños, es decir, muchos quedaban fuera del movimiento de la alfabetización emergente). En síntesis, este último concepto retoma algunos principios del anterior, es decir, refiere a la adquisición de la lengua escrita desde la primera infancia pero incorpora ciertas cuestiones. Desde esta perspectiva (sociocultural y evolutiva) se valorizan no sólo las actividades del niño y la presencia de un entorno que favorezca la alfabetización, sino que considera imprescindible: el papel activo que asumen los adultos, padres y maestros; la interacción entre niños y maestros; la importancia de la calidad de la enseñanza; la consideración de los distintos orígenes socioculturales de los niños; la diversidad en el desarrollo. Por lo tanto, se trata de un enfoque que se adapta mejor al carácter de continuum que tiene la alfabetización.

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